Sucedió en Madrid
Al rato bajaron hasta la mitad los cierres del local y una vez más les preguntamos extrañados los motivos, nos dijo que la policía les había informado de que se trataba de un coche bomba y que había habido una víctima, como habitualmente hay un segundo artefacto colocado en otro coche debían impedir que saliera la gente del restaurante durante una hora. La cena nos dio la vuelta en el estómago mientras esperábamos casi una hora ahí encerrados. Al rato llegó la policía diciendo que acordonaban la zona y que todo el mundo se tenía que ir del local. Entonces nos dirigimos hacia nuestra casa que estaba a veinte metros, pero la policía nos lo impidió y nos obligó a dar la vuelta por el otro lado de la manzana. En ese momento nos dio por pensar que cualquier coche aparcado podía salir volando, así que empezamos a correr dando la vuelta a la manzana en sentido inverso, nunca, después de varios años en el barrio, me había parecido tan largo ese recorrido. Por fin llegamos delante de nuestro portal. De repente extrañados al ver un coche con las cinco puertas abiertas, exclamamos – ¿qué hacen esos ahí haciendo botellón? Pero al acercarnos vimos que eran ocho personas de los equipos especiales registrando a fondo un ford fiesta antiguo. Nos quedamos petrificados. Nuestros amigos subieron con nosotros a casa, estuvimos despiertos charlando sobre lo sucedido un buen rato. Estábamos tan alterados que decidimos que se quedaran a dormir hasta que pasara todo y se fueran al día siguiente tranquilamente a casa… Le di un beso a mi hija y me fui a la cama pensando que a la mañana siguiente seguramente no la iba a llevar al parque…