Tuesday, December 12, 2006

Pruebas del Más Allá

Las madres primerizas suelen tener algunas fijaciones o manías por culpa de la inexperiencia, a algunas les preocupa la lactancia, a otras las horas de sueño, otras veces la alimentación… Cuantos más libros lees sobre la maternidad más susceptible eres de sensibilizarte en exceso. A mi me pasó con la llamada muerte súbita, hasta que la niña no cumplió dos años no respiré tranquila, tal vez era una tontería pero fue así. Se trata aparentemente de un componente de la leche que produce la muerte del bebé de manera repentina, generalmente mientras duerme. No se ha comprobado nunca que sea un factor láctico y todavía se está investigando, se han dado casos también en niños de uno o dos años. Para encontrar algún sosiego opté por leer un libro sobre la muerte y realmente me funcionó. Se titula “La muerte un amanecer” está muy mal escrito y muy mal traducido pero a mi me bastaba con encontrar alguna prueba racional de que después de la muerte hay algo más. La autora es una médica con una experiencia de treinta años acompañando a pacientes terminales, es doctora Honoris Causa por varias universidades y catedrática en una facultad estadounidense. En su libro contaba que enfermos graves a punto de morir eran reanimados por todo un equipo y al volver a la vida narraban con detalle todo lo ocurrido, en qué orden habían entrado los médicos, los nombres de cada uno, lo que habían dicho y la manera en que había pasado. Generalmente añadían que ellos eran conscientes de que estaban a punto de morir o de pasar a otro estado y de que les estaban intentando reanimar. Explicaba también que en otra ocasión ingresaron de urgencia en su hospital R y T tras sufrir un grave accidente de tráfico, R en el momento de morir le cogió la mano y le dijo que T venía a por él, que venía a buscarle. Ella le aclaraba que T estaba en el box de al lado y que todo iba a salir bien, R moría diciendo que se iba con T. Al rato ella se dirigía al box de T y el médico le decía que T había fallecido hacía media hora. Ponía muchos ejemplos de este tipo de casos. La doctora aseguraba que en todos estos años siempre es otro fallecido el que viene a buscar al enfermo terminal y que nunca se le había dado el caso de que nombrasen a una persona viva. Me quedé impresionada y curiosamente me tranquilicé, me sirvió como prueba racional de que existen otras dimensiones esperándonos…