No estoy catártica

Estaba reflexionando sobre el hecho de escribir en sí mismo, mismamente. Prácticamente como hace Paul Auster que se rompe los cascos hablando de la importancia de la inutilidad del arte de escribir. Aproximadamente hace un año me plantaba ante un documento en blanco y se llenaba de caracteres sin prácticamente planteármelo, por no hablar de los poemas que en mis desvelos surgían de lo más profundo de mi ser consiguiendo hacerme llorar hasta la congestión nasal. Me planteo si seré como los escritores del siglo diecinueve que necesitan estar atribulados o en cierto alelamiento indigno para crear algo de provecho artístico. Si en mi caso, la escritura (que valga la pena) es catártica. En ese caso se corrobora mi certidumbre de que estoy en un gran momento de mi vida, porque duermo a pierna suelta y me cuesta horrores redactar este apunte. La vida son dos días y uno me lo he pasado escribiendo así que a disfrutar del otro…