Tuesday, December 19, 2006

Tú eres yo, yo soy tú

F era amiga de R desde hacía quince años pero habían vivido tanto juntas que parecía una amistad desde tiempos inmemoriales… Les gustaba ver que con el paso del tiempo iban aprendiendo mucho la una de la otra, estaban acostumbradas a darse consejos y a admirar las virtudes ajenas frente a la carencia personal. Tendían a crear un fantástico duelo entre titanas perspicaces y a poner sus interpretaciones y conjeturas a prueba para resolver favorablemente los conflictos de la vida. Les encantaba comentar con entusiasmo que todo había salido bien gracias a las agudezas y valoraciones a las que llevaba aquella amistad.
Ambas habían tenido educaciones ligeramente distintas, F era más realista, madura y ácida, por el contrario R era más idealista, soñadora y diplomática. El paso de los años les había llevado por derroteros muy diferentes pero, no obstante, seguían siempre en contacto vía internet o viéndose ocasionalmente, a pesar de vivir cada una en una ciudad.
Lo curioso fue que con el tiempo R dejó de ser tan idealista y consiguió centrar los pies en la tierra, poco a poco siguió con sus sueños pero los realizaba con una practicidad laboriosa. Los avatares de la vida la llevaron a ser diplomática sin dejar de poner a cada cual en su sitio, poco a poco la acidez de F fue haciendo mella en ella. Por otro lado F siempre pensaba que tenía un carácter demasiado duro, y hacía esfuerzos por ablandarlo de cara a mostrarse más accesible con la gente. Durante aquellos años R observó que el comportamiento de F era siempre moderado a pesar de llevar un auténtico polvorín en su interior. Con el tiempo se endulzó en el trato con las personas pero nunca en el trato de su propia mente.
Hubo una época en que R le pedía constantemente consejo a F y armada de valor F le decía “deberías de hacer esto”… entonces R respondía “ya lo he hecho y ahora ¿qué hago?” F sorprendida afirmaba, “veo que estás tomando posiciones, quién te ha visto y quién te ve!!”
En otra época F sentía que necesitaba resolver urgentemente un conflicto, entonces urdía un plan muy elaborado para salir airosa. Sin embargo en esos momentos R le riñó “déjate de tanta tontería” “es más simple que todo eso” “se resuelve así, 1+1=2” entonces F horrorizada le espetó “creo que poco a poco te has convertido en mi” y R más horrorizada todavía reconoció “Oh, es verdad, soy tú!” “de tanto aplicar tu sistema de pensamiento me he vuelto tú”. Entonces añadió un comentario sarcástico y ambas rieron, “definitivamente eres yo- definitivamente soy tú”.
Al momento R agregó “Pero este tipo de consejos, F, sólo los habría pedido yo” “-Ah, es cierto!”-contestó- “Yo también me he vuelto tú”. “No es posible!!” –exclamaron.