Sr. Pérez
No puedo negar que he disfrutado como una niña poniéndole el diente de mi hija al ratoncito Pérez. Al principio dudamos de dónde ubicarlo, lo íbamos a dejar en un mueble pero Victoria dijo que el ratón se patinaría y se caería, no hubo forma de convencerla. Al final optamos por envolver el diente en un papel que rezaba así: DIENTE DIENTE, SR PÉREZ. Por fin, conseguí que se acostara, pero los nervios le podían y no paraba de repetir “si hueles a ratón, me avisas”. Por fin se durmió, la faena fue que no tenía ningún regalo, me pilló el toro, o el ratón? Cogí unos pendientes míos de bisutería que nunca me he puesto, bastante sencillos, les puse un papel transparente y un lazo rosa que tenía escondido, como no teníamos suelto al final le pusimos cinco euros empapelados también. Por la mañana le hizo mucha ilusión y se puso los pendientes para ir al cole. Me dijo, mamá ha pasado una cosa curiosa, el ratón se ha comido un sugus mío y un chicle, dije –qué rico es, qué goloso! Victoria no es muy golosa y las chuches le duran semanas, lo que no sabe es que a mi me encantan.
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